Te amé en el pasado, te amo en el presente, te amaré eternamente.
No volveré a ser joven.
Que la vida iba en serio
uno lo empieza a comprender más tarde
-como todos los jóvenes, yo vine
a llevarme la vida por delante.
Dejar huella quería
y marcharme entre aplausos
-envejecer, morir, eran tan sólo
las dimensiones del teatro.
Pero ha pasado el tiempo
y la verdad desagradable asoma:
envejecer, morir,
es el único argumento de la obra.
En las noches claras,
resuelvo el problema de la soledad del ser.
Invitó a la luna y con mi sombra somos tres.
Laura Sabogal
Cristian Parraga
Mi árbol tenía
sus ramas de oro.
Un viento envidioso
robó mi tesoro.
Hoy no tiene ramas
Hoy no tiene sueños
mi árbol callado
mi árbol pequeño.
La soledad te enseña que no cualquiera es compañía.
Y que si tu aprendes a ser feliz contigo, nunca sentirás
soledad.
“Cada atardecer trae la promesa
de un nuevo amanecer”